La mente en blanco: Sucede cuando menos lo esperas
Hay momentos en donde voy a escribir, tengo la idea en mente y justo cuando me siento que prendo la computadora, ¡PUF!, desapareció la idea
Hay momentos en donde voy a escribir, tengo la idea en mente y justo cuando me siento que prendo la computadora, ¡PUF!, desapareció la idea. Estoy unos cuantos minutos observando la pantalla sin saber cómo comenzar. Pienso, pienso, pienso y, al final, nada llega. Cierro la computadora y opto por hacerlo otro día. El problema con esa actitud es que, a veces, los días pasan y no hago nada. Recientemente, descubrí que no suele pasar solo cuando de arte se trata, sino en otros espacios, también.
Hace unos días me levanté con ganas de comer pollo frito. Hablé de pollo frito en toda la mañana, me lo imaginé, me lo saboreé, todo con el bendito pollo frito. Cuando llegó la hora de comer en la tarde, salió la pregunta: “¿Qué vamos a comer?”. Pollo frito no fue la respuesta que di, dije pizza. ¿Por qué pasa esto? ¿El estar cerca de los 30 causa este tipo de efecto? No saben las ganas que tenía de pollo frito y, al parecer, eran tantas que mi mente, inconscientemente, se cansó de ellas.
Ahora bien, tocaré un tema un poco más serio y me enfocaré en los planes a largo plazo donde se requiere de un plan organizado para poder llevarlo a cabo. Es difícil medir cuánto tiempo te tomará hacer algo en específico cuando solo se mira el resultado final y precisamente esa acción es la nos puede llevar a tener una mental en blanco. La cantidad de pasos, información, tiempo, momentos inesperados, todo a la vez podría quemarnos cada una de las neuronas.
Cuenta la leyenda que el secreto para minimizar este suceso conlleva una organización que reduzca esa meta final a una tarea a la vez o, mejor dicho, una meta diaria que poco a poco vaya elevándose a semanal, luego mensual, etc. Por ejemplo: Si quieres escribir un libro, escribe una página por día o cada tres días. Sin embargo, aún así puede llegar la mente en blanco y no pasa nada. Al final, somos humanos, no unos robots con la productividad al 100% día tras día. Coge de ejemplo mi caso con el pollo frito, no era ni una tarea a largo plazo. Bueno, el tiempo es relativo, pero me di a entender, ¿no?
Quizás se pregunten porqué esta semana escribí sobre este tema y se debe a que me encuentro en un proyecto personal a largo plazo. Han habido días en los cuales estoy bien motivado, otros días no sé qué hacer. Asumo que es el normal cuando se lleva a cabo un proceso totalmente por tu cuenta, sin alguien que te esté guiando, solo la consistencia y disciplina son tus aliados. Expresarlo es una buena manera de lidiar con el día a día, por tal razón tengo una agenda en la cual escribo dos o tres oraciones que resumen lo que hice hoy y lo que quisiera hacer mañana.
No niego que a veces me voy por el rabbit hole de cuándo llegaré al final o qué haré cuando llegue, pero ya sabré cuando lo haga.
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I enjoyed this one! It's very relatable (to me anyways). Reading about the act of writing (or not writing, but trying to write, lol) motivates me to write. And beaking up big projects into little pieces to make myself feel productive is the only way I ever get anything done!