El apartamento se llenó de más de 15 personas, todas puertorriqueñas y un español. ¿Cuál era el propósito? Primero, comer. Segundo, compartir. Y, por último, pero no menos importante, mantener la cultura lejos de casa viva. Ese día nuestro hogar se convirtió en el lugar donde te podías sentir más cerca de la isla. Desde la comida, la música y las habilidades de socialización extrema que cargamos como si fuera un bulto.
Hablemos de la comida… Desde el pavo hasta el postre desbordaron la mesa con recetas de la isla, provenientes de nuestros padres y abuelos. A través de FaceTime y mensajes, fueron dando instrucciones de qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Quiero aplaudir a Melody (mi novia) y a Patricia (nuestra amiga) porque ambas dijeron: “El pavo y el arroz lo queremos hacer nosotras”. Y así fue. El resto aportó con otros acompañantes, picaeras y postres. De repente, como boricuas al fin, llevaron tanto que no sabíamos en dónde hacer espacio, pero ¿quién le dice que no a más comida?
Como dije, sin pensar mucho en el vecino de abajo, llenamos el apartamento. Y, aunque hubo gente que conocíamos hace unos meses, también llegó gente que las vinimos a conocer aquel mismo día. Y, nuevamente, como boricuas al fin, parecía como si nos conociéramos de antes y estábamos esperando a ese día para reconectar. Las conversaciones que se dieron entre unos y otros fue de brazos abiertos. Por lo que hizo del compartir uno lleno de risas y más risas.
No me olvido de que había un español entre nosotros y quedó loco con las bombas que comenzamos a cantar. Ajeno a nuestra cultura, vio cómo tocábamos pleneros, sonaba el “Bombazo Navideño” en el fondo y le añadimos bombas para que presenciara de todo un poco. Esta época es eterna para la isla y se caracteriza esencialmente por la comida y el tipo de música que reaparece en nuestra cultura. Y, si se duerme mucho, le llevamos una parranda.
Al final, todos ayudaron a limpiar antes de irse, se llevaron pavo para la semana y nos abrazamos entre unos y otros. Melody y yo nos sentimos orgullosos de haber sido los hosts de dicha actividad, la felicidad que mostraron las personas era lo que queríamos ver. Por un momento, sentí que estuve en casa celebrando el día festivo, así queríamos que todos se sintieran y creo que lo logramos. Doy gracias por el mes de noviembre, fue el mes en donde se comenzaron a ver los resultados de los meses anteriores, entre ellos, esta gente.
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No demuestres demasiado al español! Jajaja