Un momento de nostalgia: Ver películas me llevó al pasado
Varias memorias se desbloquearon durante estos días y fue bonito volver a ellas
Durante el mes de mayo he estado estudiando y mi ritmo de lectura se ha afectado un poco. No he dejado de leer, pero si he notado que la velocidad no es la misma. Posiblemente, se deba a la cantidad de tiempo que paso leyendo este nuevo material. Por tal razón, cuando termino en las tardes, el modo de entretenimiento al que he vuelto vorazmente han sido las películas. El acto de ver películas, casi siempre es algo que hago en el cine y no en casa, pero estos últimos días, volví a ser el Gero de la infancia.
Antes, en esa era del VHS, mami me contó que yo era de los que veía la misma película una y otra vez sin parar. Mientras la película estaba puesta, toda mi atención estaba en ella. Por ejemplo, Toy Story… Solo mami sabe la cantidad de veces que vi esa película, al igual que otra de Barney y una de una oveja que ahora mismo se me escapa el nombre. La cantidad de opciones que habían eran limitadas y uno no se cansaba de escuchar y ver lo mismo una y otra vez. Nunca me llegué a aprender un diálogo de memoria, pero sí podía narrar las escenas y qué pasaba después.
Otro recuerdo que me trajo esta actividad fue mi transcurso en tercer grado. Tenía una maestra (Misis Vega) que casi todos los viernes faltaba. Por casualidades de la vida, ese día también era el día libre de abuelo, quién me llevaba a la escuela y los viernes era quien me buscaba. Luego de que me recogiera, íbamos a “El Video” donde alquilábamos 2 o 3 películas para pasar el día. La cantidad de películas de Jet Li, Jackie Chan, guerras medievales, acción tras acción tras acción, fueron tantas que hoy día no tengo el número exacto.
Quizás, gracias a esta actividad, es que cargo tanta ficción a la hora de escribir o en la manera de narrar una anécdota. De adulto, al ver una película, más que todo me fijo en cómo el director me cuenta su historia y el cómo el actor o la actriz interpreta a los personajes. Las películas son eso que uno crea en su mente cuando lee, pero a través de la imaginación de otro. No cuestiono que casi siempre haya controversia cuando hacen una película basada en un libro y gran parte de la comunidad lectora sale a comerse vivo a quien la hizo porque no fue como ellos se la imaginaron u obviaron detalles que eran importantes.
La mezcla de la literatura con el arte visual y auditivo como se manifiesta en las películas es una combinación que nos mantiene cautivos, llenos de emociones y hasta brincando de la silla. Ir al pasado y pensar en la primera vez que vi Spider-Man en un cine de mi pueblo que hoy día ni existe. O el momento en que abuelo me enseñó las películas de The Lord of the Rings y pude apreciar todo ese mundo fantástico que antes no sabía que existía. Ambos, juntos a otros más, son momentos que nunca olvidaré porque me formaron para apreciar el arte de la manera en que lo hago hoy.
Importante recalcar que abuelo mantiene la actividad de ver películas, se adaptó a la era digital y sigue al día con la gran mayoría del contenido que sale de su gusto.
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